Regresa a la pagina principal, Haz click sobre la imagen

Regresa a la pagina principal, Haz click sobre la imagen
Haz click sobre la imagen y regresa a la pagina principal

Jesús, tu amigo y Señor

Jesús, tu amigo y Señor
Déjate fascinar por el Dios-hombre que muertra la dulzura de su Padre

CAPÍTULO II. HOLA...¿TE ACUERDAS DE MI? SEMANA DEL 10 DIC AL 17 DIC 2008



Hola...¿Te acuerdas de mi?
Te he dejado unos cuantos días para que "rumiaras" mis historias de cuando niño.
Antes, me quedé en las veces que mi madre, por mi "sana torpeza" me echaba de la casa. ¡No podía con tanto! Je, je...las cobijas pesaban mucho para mi y las cosas de mi abuelo...por lo tanto, iba a parar al taller de mi papá José...como te decía, le tenía que gritar para captar su atención...sudado, me veía...
Primero, se aseguraba que yo no iba a agarrar cualquier cosa cortante y segundo, que no fuera a tumbar las maderas que tenía cerca, luego se sacudía el mantel, se sacudía el aserrín de los brazos y me preguntaba qué quería. Mamá decía que muchas veces se me quedaba mirando con dulces ojos y repetía muchas veces la frase "Qué quiere mi Señor que viene a mi humilde taller?"
Con mi habitual ¿ah? de infante inocente que no comprendía sus palabras de adulto, le daba a entender que me sentía aburrido y me colocaba en una silla especial para mi, en la que yo permanecía parado, viendo todo lo que él hacía, pero eso sí, no podía alcanzar nada de lo que tenía en la mesa de trabajo.
¡Era fuerte mi padre!. el vaiven de los brazos, el torso y sus hombres al cargar las pesadas maderas...inclusive cuando los soldados romanos venían a ordenarle un trabajo, se quedaban alejados de él. Siempre me extrañó eso porque mi padre era no sólo popular, sino que era muy amable y cercano para con todos. Era mi ejemplo para ser "popular". No habia nadie que no lo saludara. Hasta mis amigos, cuando se acercaban al taller, llegaban corriendo para buscarme a jugar, pero se dejaban seducir por el trabajo y la destreza con que mi padre hacía de la madera, una hermosa pieza.
Con un !Hola, maestro José! se paraban de golpe para entrar más lentamente y acercarse a su mesa de trabajo y ver con qué destreza sacaba tacos de madera para ser empatados en otras piezas, hasta lograr una mesa o cualquier otro mueble. Muy pocas piezas de hierro incrustaba josé en sus obras de arte.
Total que entre mi padre y mi madre, sin contar mis abuelos, estaba orgulloso.
Hay otra cosa que tengo que contarte: las veces que José, cansado, se tiraba a los brazos de mi madre. La abrazaba; se abrazaban...sus miradas eran dulces. !Se amaban! No necesitaban más que alejarse un poco de mi y hablar en voz baja...¿hablaban de amor? ¡Sí, ya lo creo! porque al rato, mi madre metía sus manos en su propio regazo en señal de oración y José se tiraba al piso y recostaba su cabeza entre las piernas de mi mamá. Se quedaban un rato en silencio, aunque ella, María, siempre proclamaba lo grande que era Dios con ellos y con nosotros...
¡Yahvé! resonaba como algo que me hacía temblar...me gutaban esas palabras que decían - y me recuerdo con mucho cariño -: "Señor, Dios de nuestros padres, que te has dignado bendecirnos con una familia, mirando nuestra debilidad. Te damos gracias por generaciones sin fin, porque has fijado tus ojos en estos humildes siervos...gracias por el fruto de mi vientre...obra tuya es. Alabado seas Yahvé, nuestro Dios. Gracias por nuestro ser. Tú sabes por qué nos has escogido en esta empresa de amar, cuidar y enseñar a tu Hijo. Gracias por José, Yahvé."- y le acariciaba el cabello, sudado del trabajo del día; su pecho, fuerte y con calma respiración. - "Guíalo con tu mano fuerte como Padre, porque tú eres Padre, maestro, guía, protector. Dale de tu sabiduría para enseñar lo que quieres a Jeshua y a mi, Yahvé, tu humilde sierva y esclava, consérvame en tu fidelidad y servicio. Que mis manos muestren siempre tu ternura y tu bondad a la hermosa criatura que has puesto en nuestros brazos...cumple Yahvé; cumple tu voluntad en nosotros siempre, sin apartarte jamás. Amén.
¡Qué llenura! mi alma se iba identificando con el Padre en el cielo...

En el próximo capítulo hablaremos más...Abbá te bendiga...

No hay comentarios: